miércoles, 8 de septiembre de 2010

Dopaje


Artículo principal: Dopaje

La velocista estadounidense Marion Jones admitió en 2007 haber recurrido el dopaje.



El dopaje en el atletismo es un fenómeno antiguo. El primer caso registrado data de principios del siglo XX en la maratón olímpica de 1904, donde el estadounidense Thomas Hicks se benefició de una inyección de estricnina puesta por su entrenador en un desfallecimiento durante la carrera. Esta práctica no suscitó ninguna indignación y después la utilización de drogas en el deporte estaba bien considerada. En 1941 en Basilea, el extraño comportamiento de tres corredores después de un cross puso de relieve el problema de la toma de anfetaminas para mejorar el esfuerzo y la resistencia.[102] En los Juegos de Londres de 1948, el entusiasmo y el nerviosismo de Emil Zátopek después de su llegada victoriosa en los 10000 m hizo pensar a los expertos en la toma de esa sustancia. En la década de 1950, los rumores indicaban un dopaje organizado con esteroides anabólicos de los atletas soviéticos, y luego de los estadounidenses[103] Además, el fondista finlandés Lasse Virén fue objeto de rumores en lo concerniente a la autrotransfusion, técnica utilizada para mejorar la oxigenación del organismo.[104]



Los años 1970 y 1980 están marcados por el dopaje de Estado, especialmente el de los deportistas de la Alemania Oriental. Durante este período, las mujeres atletas de la RDA dominaron el mundo del atletismo. Las sospechas de dopaje que existen se apoyan en las declaraciones de los pocos atletas que continuaron con éxitos después de pasarse a Occidente, como Renate Neufeld en 1977. Desde la caída del Muro de Berlín, numerosos velocistas han denunciado este dopaje institucionalizado.[105] Así, Inés Geipel pidió en el 2005 a la federación alemana que retirase sus récords y sus marcas.[106] Además, muchas atletas germánicas víctimas de «embarazo de Estado», hace unos años se expresaron abiertamente. Al igual que las gimnastas, estas atletas habrían sido inducidas a quedar embarazadas para aprovechar las ventaja de los efectos fisiológicos relacionados con el embarazo.[107] Los corredores de larga distancia también dieron positivo durante este período, incluyendo los maratonianos sospechosos de tomar esteroides. En 1993, los esteroides fueron considerados por los expertos como la causa de la muerte de los atletas Detlef Gerstenberg y Uwe Beyer.[108] Desde 1990, el dopaje institucionalizado en la República Democrática Alemana ha quedado demostrado, y las marcas de algunos atletas han sido puestas en discusión.[109]



El dopaje está considerado desde entonces como una trampa y se castiga como tal. Se pusieron en marcha controles antidopaje para tratar de detener un fenómeno que el atletismo nacional e internacional considera como un azote tanto para la imagen de las distintas disciplinas como para la salud de los atletas. La IAAF participa multiplicando los controles y el seguimiento de los atletas. También está adherida al código de la Agencia mundial antidopage.[110]



Varios atletas de alto nivel se han visto implicados en casos de dopaje. Por ejemplo, el velocista canadiense Ben Johnson, después de una victoria y un récord mundial en los 100 m en los Juegos Olímpicos de 1988 en Seúl, se vio despojado de su título y su récord por dopaje. Después de su suspensión, dio positivo de nuevo en 1993[111] y, finalmente, fue suspendido de por vida. En 2004 se descubrió el escándalo de los laboratorios farmacéuticos Balco.[112] Durante años, proporcionaba a los deportistas sustancias prohibidas, incluyendo THG, un esteroide anabólico indetectable.[113] Tras la investigación, Víctor Conte, el director del laboratorio, dio los nombres de grandes campeones, como Tim Montgomery, Dwain Chambers o Marion Jones. Esta última termina en octubre de 2007 con varios años de sospechas y rumores al admitir haber recurrido al dopaje.[114] ·[115] Fue sentenciada a seis meses de prisión en enero de 2008 por perjurio[116] Otras figuras destacadas en el atletismo han sido también sancionados por la IAAF en los últimos años por dopaje. Se puede citar el caso de la velocista Justin Gatlin[117] o el de los corredores de fondo Hezekiél Sepeng y Süreyya Ayhan.

[editar] Economía

Zapatillas doradas usadas por Michael Johnson en los Juegos de Atlanta. El mercado del calzado deportivo representa enormes beneficios económicos.



Los beneficios económicos del deporte se basan principalmente en los grandes eventos organizados por la IAAF. Los Campeonato del mundo de atletismo atraen a espectadores y telespectadores de todo el mundo, y al mismo tiempo, a muchos patrocinadores. En los Campeonatos del Mundo de 2003 organizados en París, otra competición tenía lugar detrás de los escenarios, la de las principales empresas de equipamiento deportivo del mundo. Aprovechando la atención generada por el evento, las tres marcas principales del el sector (Nike Reebok y Puma) recalcan el patrocinio de los atletas con mayor audiencia para promover la visibilidad de sus productos y ganar cuota de mercado, especialmente en el ámbito de las zapatillas de deporte en el público joven.[118] La Federación de jamaicana de atletismo tuvo en esta ocasión una asociación especial con la marca alemana Puma.



Unos grandes campeonatos de atletismo permiten hoy día que la ciudad organizadora reciba importantes beneficios económicos, a través de la venta de entradas, sponsors y de los derechos de televisión. Por otra parte, representa para la ciudad sede una afluencia económica vinculada a la industria del turismo.[119] Las reuniones de atletismo también atraen a los patrocinadores, como en la Reunión de Gaz de France de Saint-Denis, donde el beneficio financiero del principal sponsor fue de 200000 € en 2007. Los patrocinadores de la maratón de París deben pagar por su parte 400000 €.[120]

[editar] Cultura

Atleta, copia romana de un original atribuido a Lisipo.



La estética de la disciplina inspiró a la escuela griega cuyos escultores realizaron numerosas representaciones de atletas en pleno esfuerzo. En literatura, los griegos también dedicaron muchos poemas y obras de teatro a los atletas. El poeta Píndaro, principalmente ofrecía odas a los vencedores Olímpicos. El sofista Hipias de Élide, Aristóteles, Eratóstenes y Flegonte Tralles, incluso consagraban tiempo a completar las listas de vencedores olímpicos, ya incompletas en el siglo IV a. C.[121]



Numerosos textos han puesto de relieve el tema del atletismo. El escritor José María de Heredia elogió al corredor en uno de sus poemas. En el siglo XX, autores como Henry de Montherlant (Les Olympiques, 1924), Raymond Boisset (À vos marques !, 1949) e Yves Gibeau (La Ligne droite, 1956), introdujeron el atletismo en la literatura francesa.



En el campo del cine, se pueden citar dos películas importantes con el tema principal del atletismo. Los dioses del estadio de Leni Riefenstahl sobre los Juegos Olímpicos de 1936 y Carros de fuego , de Hugh Hudson, que narra de manera romántica, las aventuras del inglés Harold Abrahams y del escocés Eric Liddell antes y durante los Juegos Olímpicos de 1924 en París. Muchas otras películas tratan el tema del atletismo, como El caballero del estadio 1951, donde Burt Lancaster representa Jim Thorpe Prefontaine (1997) y Without Limits (1998), sobre la vida de Steve Prefontaine, corredor de fondo americano, El vencedor (1980) y Ralph (2004).

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